Entrevista con Roberto Rotta Di Caro, quien forma parte del equipo Compromiso Amistad Social de la provincia de Tucumán.
El equipo de trabajo COAS intenta llamar a la sociedad a encontrar, a buscar esos puntos de encuentro, y no poner tanto el acento en aquello que nos divide, sino buscar esas cuestiones que nos vinculan, que nos necesitan unidos, que nos necesitan trabajando codo a codo; y la verdad que lo hacemos con mucha alegría.
¿Cuál es el objetivo principal de este equipo?
El equipo de trabajo se llama COAS, que significa Compromiso Amistad Social. Nuestro objetivo principal es fomentar la fraternidad y la amistad social.
¿En qué consiste este proyecto en particular y quiénes participan de él?
En este caso, el proyecto consiste en vincular la ecología, el reciclado y el cuidado del planeta como un sueño común de distintos sectores de la sociedad. Principalmente, los socios son personas en situación de indigencia, como los cartoneros, y vecinos que tienen capacidad de consumo y generan material post consumo que tiene valor.
¿Qué valor destacas como el más importante en este proyecto?
El valor más importante es que como sociedad comenzamos a tener un sueño común y nos damos cuenta de que podemos trabajar juntos para cuidar el planeta.
Entonces tanto una persona de una situación socioeconómica radicalmente distinta a otra, se encuentran en un proyecto social que nos hace bien a todos, trabajando codo a codo, siendo un proyecto que son de estos que le llaman como de triple impacto, en el sentido que cuida claramente el planeta, tiene un impacto ambiental importante, a su vez se genera un beneficio social claro, no solo por el que se teje nuevamente con hilos de amistad la sociedad en dos sectores que a veces parecen veredas muy opuestas, sino que a su vez también es autosustentable, es decir, no necesita que nadie esté subvencionando esta actividad que genera un beneficio ambiental y social.
¿Cómo se abordan los problemas sociales y ambientales en este proyecto?
Justamente la carta encíclica del Papa Francisco Laudato Sii llama a entender que el problema ambiental es un problema socioambiental en realidad. O sea, son dos problemas que deben tratarse de manera integral, así como lo hemos abordado en este proyecto. Es decir, si por un lado tenemos solamente la problemática social, bueno, luego nos damos cuenta que la problemática ambiental no nos deja avanzar. Lo mismo pasa a la inversa.
Ya que mencionás esta Encíclica, ¿qué relación tiene este proyecto con el aspecto religioso?
Nosotros, si bien nos basamos en las dos cartas encíclicas, que son Laudato Si y Fratelli Tutti, no somos un grupo religioso, porque justamente a lo que nos llama la encíclica Fratelli Tutti es a que nos demos cuenta como sociedad, como mundo, que somos todos hermanos, y no en el sentido religioso, sino en el sentido social, en donde la persona humana debe estar por encima de todo, y la búsqueda del bien común nos ocupa a todos por igual, seamos creyentes, no creyentes, de derecha, de izquierda; necesitamos ocuparnos del bien común, que en realidad nos damos cuenta que bastante bien nos hace en lo personal también, ¿no?
Entonces, poniendo en el centro a la persona es que hacemos ecología. Ahí también entra en juego esto de la ecología integral, donde no es simplemente una ecología que se ve desde la biología, desde el cuidado de las plantas y del suelo y del aire, sino una ecología integral en la que la persona es el centro. Entonces ahí nos damos cuenta que realmente se aborda la problemática social y ambiental de manera conjunta.
Pensando en esta época particular en materia de discusión política, de elecciones, ¿qué relación tiene este proyecto con el aspecto político?
En este tipo de cosas se habla mucho de utopías, y más cuando uno habla de valores políticos que no son comunes de ver, que resultan difíciles y parecen poco realistas. Pero sin embargo, en este proyecto donde se incluye a la sociedad toda (vecinos, cartoneros, instituciones civiles como la escuela, el club, la iglesia), donde todos estamos atentos a hacer nuestra parte en este caso por la ecología, hasta podría decirse que organizarnos es fácil. Y podría decir que a esto que parecía utópico lo vemos ya concreto. Si hablás de un bien social parece que quien tiene más tiene que sacar de su bolsillo para darle al que menos tiene, o si hablamos de ecología parece que necesitamos una inversión grande de dinero, y en realidad experimentamos esto que decía de la auto sustentabilidad, donde no se necesita que alguien lo “sostenga”. Cuando como sociedad trabajamos juntos en el bien común, codo a codo, damos un ejemplo claro que los políticos pueden ver y tomar, entendiendo que para el pueblo esto es una prioridad. Como dice el refrán, solos llegaremos más rápido, pero juntos llegaremos más lejos.
“Ante tantas formas mezquinas e inmediatistas de política, recuerdo que «la grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho asumir este deber en un proyecto de nación»[162] y más aún en un proyecto común para la humanidad presente y futura. Pensar en los que vendrán no sirve a los fines electorales, pero es lo que exige una justicia auténtica, porque, como enseñaron los Obispos de Portugal, la tierra «es un préstamo que cada generación recibe y debe transmitir a la generación siguiente»”.
Fratelli Tutti, cap 5: la mejor política, subtítulo: la política que necesitamos